¿Vida y pensamiento o pensamiento y vida? Una pregunta, en
la que ésta, nuestra sociedad, se la plantean muchos ciudadanos. Una pregunta
que relaciona todo con nuestros actos. Una
pregunta que plantea, para uno mismo, cuál es una vida digna, una vida dedicada
a pensar, a estudiar o una vida dedicada a pasárselo bien. Para mí, un
adolescente de casi diecisiete años, responder a lo planteado es algo muy
complejo. He dicho complejo porque me parece que es muy difícil pensar, desde
mi punto de vista, como un adolescente que soy, que una vida digna sea una vida
dedica a pensar o a estudiar. Cualquier adolescente al cuestionarle esta
pregunta, no tardaría ni diez segundos en contestar. Como adolescente que soy,
sé que la mayoría de adolescentes contestarían que una vida digna sería una
vida dedicada a pasárselo bien y refutarían cien por cien la idea de que una
vida digna sería la de una vida dedica a pensar y a estudiar. Yo, por mi parte,
no estoy de acuerdo con la respuesta de la mayoría de los adolescentes. Por un
lado, para mí una vida dedicada a pensar, a estudiar todo el tiempo no tiene
sentido. Digo esto, porque no se puede estar todo el tiempo pensando, porque
hay que comer, dormir, trabajar, etcétera. Por otro lado está la vida dedicada
a pasárselo bien, y en cuanto a esto, como adolescente, si es cierto que lo
apoyo más que lo otro dicho anteriormente. Pero no con esto quiero decir que
para mí una vida digna, sea la de una vida dedicada a pasárselo bien; la
respuesta que yo daría sería que por un lado, para mí una vida digna sería la
dedicada al estudio, al razonamiento, al esfuerzo para conseguir cualquier meta
que tu te propongas, y también, por otro lado está la vida digna dedicada a
pasárselo bien, a disfrutar el día a día, porque cada día algo nuevo te depara.